martes, 7 de junio de 2016

“Con esfuerzo y mucho trabajo, he sabido ganarme el respeto”


Por Gonzalo Rossi.
Lo dice la arbitra Salome Di Iorio nos cuenta cómo surgió ser referee, recuerda su primer partido dirigido y desea que haya igualdad entre los jueces varones y mujeres.

La referee Salome Di Iorio, se hace un tiempo para dialogar con este medio.
-¿Siempre quisiste ser arbitra? Y ¿quién te inspiro para que lo seas?
No, ya que tenia en claro que quería ser abogada. Por otro lado, realizar el curso de arbitra surgió como una rebeldía, por siempre ser criticada cuando opinaba de futbol y sus jugadas polémicas, y por el mero hecho de ser mujer. Por eso, decidí hacer el curso, para opinar con fundamento algunas decisiones. Si bien mi familia no me inspiro, me apoyo en todo momento, pensando que sería algo pasajero.
-¿Estudiaste otra carrera antes de ser jueza?
No, hice el curso de arbitra junto a los dos últimos años del secundario, a los 16 años. Porque tenía muy claro iniciar luego la Universidad y sabia que en ese momento, no me sobraría casi tiempo libre.
-¿Donde iniciaste tus estudios para ser referee?
En la AAA (Asociación Argentina de Árbitros), creyendo que se cursaba donde estaba su sede, en el Microcentro, frente a la AFA. Cuando mis padres se enteraron que era en el Bajo Flores, muy cerca de San Lorenzo y tan lejos de mi casa, ya que vivo en Quilmes, y teniendo en consideración mi corta edad, no deseaban que continuara, pero siempre que emprendo algún proyecto, lo culmino, y el curso, no fue la excepción.
-¿Cuando fue tu primer partido que dirigiste?
 Ingrese a la AFA a hacer pasantías en 1999, dirigiendo amistosos en cancha de once y el futsal. Luego, hice homologación y finalmente firmé mi primer contrato, en el año 2001.
-¿Cuándo fuiste nombrada jueza internacional? Y ¿Cuando dirigiste un partido de selecciones?
Primeramente, fui designada árbitra asistente internacional en el 2004, porque no llegaba a la edad mínima para ser designada arbitra, 25 años. Luego, al cumplir esta edad, en el 2006 me nombraron arbitra FIFA, condición que, afortunadamente, mantengo actualmente. Por otro lado, mi primer torneo internacional entre selecciones fue ese mismo año, en el Sudamericano Femenino de Mayores, en Mar Del Plata.
-¿Cómo es el trato de los jugadores, técnicos e hinchas con vos?
En Infantiles, por lo general, el trato hacia a mi es muy bueno y respetuoso. Hace muchos años ya que dirijo y eso también genero el respeto y conocimiento de todas las partes. Obvio que al principio costó mucho que no me subestimaran por ser mujer, pero creo que de a poco, con esfuerzo y mucho trabajo, he sabido ganarme el respeto de los demás.  Además, hay jugadores que los dirijo desde que se encontraban infantiles y ya me conocen. Lo mismo sucede con los entrenadores, ya que hace casi 10 años doy clases en un curso de DT y muchos fueron alumnos míos. Así que, saben que no estoy en el ambiente de casualidad, sino a costa de mucho trabajo. No fue nada sencillo comenzar en un ambiente colmado de hombres y casi sin arbitras. En relación a los hinchas, en general me tratan bien, aunque he sufrido un poco en el Ascenso.
-¿Que tendría que cambiar para que dirijas en Primera División?

Tendría que cambiar la mentalidad de la gente que decide los ascensos arbitrales. No hay diferencia con respecto a la preparación, entrenamiento, exámenes médicos, teóricos, prácticos entre mujeres y hombres. Apenas difiere un poco la prueba física y por cuestiones de índole natural, de contextura física entre ambos géneros, que ya así estipula la FIFA, razón por la cual, nada impide que tengamos las mismas oportunidades que los árbitros. Considero que hoy en día, estamos más aceptadas en general en el mundo del futbol, porque cada vez más hay mujeres en este ambiente, y eso va ayudando a que la gente naturalice la presencia femenina en las canchas. Ojala que algún día logremos que la sociedad, en su conjunto, deje de discriminar entre hombres y mujeres para determinar la capacidad de alguien, en una tarea que habitualmente era masculina, pero hace tiempo dejo de serlo y nos evalúen precisamente por nuestra capacidad, independientemente de ser mujeres.
Fotos: Perfil/ Zimbio.

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